Auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), cada 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer.
El objetivo de esta celebración es que la población tome conciencia sobre la importancia de adoptar medidas de prevención y de detección temprana sobre esta enfermedad, la más letal a nivel mundial, e incrementar las posibilidades de contar con tratamientos para superarlo o proporcionar una mejor calidad de vida a quien lo padece.
Datos actuales del cáncer
Una de cada cuatro mujeres y uno de cada tres varones será diagnosticado de cáncer durante su vida.
Según datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica, en el 2018 se diagnosticaron unos 18,1 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo; una cifra que se prevé siga en aumento y que alcance hasta los 29,5 millones para el año 2040.
Los cánceres de colon y recto encabezan la lista de los más diagnosticados en España durante el pasado año, seguidos del de próstata, mama, pulmón y de vejiga urinaria; le continúan con distancia los linfomas no hodgkinianos, los cánceres de cavidad oral y faringe, páncreas y de cuerpo uterino.
Por sexos, en varones los más frecuentes son los de próstata, colon y recto, pulmón y vejiga urinaria. Por el contrario, en mujeres son los de mama, colon y recto y pulmón.
Factores de riesgo
El consumo de tabaco, de alcohol, la contaminación ambiental (el sol, las radiaciones, la exposición a productos químicos…), incluyendo la obesidad y el sedentarismo son los principales factores de riesgo en el desarrollo de cánceres; al igual que la edad, contamos con una población cada vez más envejecida, y es que el riesgo de padecer esta enfermedad empieza a incrementarse sobre todo a partir de los 45-50 años de edad.
Si bien en España se contabilizan cada año más casos, puede ser debido no solo al aumento de la población, sino también a los importantes programas de detección precoz, que ayudan a identificarlos a tiempo y tratarlos para lograr importantes tasas de supervivencia y/o procurar una mejor calidad de vida del paciente.
Según estudios publicados, la tasa de supervivencia de los cánceres más comunes en Europa –mama, próstata, pulmón y color rectal—se ha incrementado en los últimos años; si bien, la supervivencia depende del tipo de tumor, y como ejemplo se señala que la tasa de supervivencia en los casos de cáncer de mama y próstata superan el 50%.
Revisión ginecológica y detección temprana del cáncer ginecológico
Las revisiones ginecológicas son claves en la prevención y diagnóstico precoz de los cánceres ginecológicos, de hecho ayudan a detectar un alto porcentaje de anomalías ginecológicas.
En este tipo de revisiones lo habitual es que se realice una ecografía vaginal y una citología. La ecografía permite detectar la posible presencia de miomas o pólipos en el útero, así como tumores o quistes en los ovarios y su seguimiento y control periódico.
Con la prueba de la citología se puede prevenir el cáncer de cuello de útero y cuanto antes se localice, antes se podrá realizar su abordaje y tratamiento aumentando las posibilidades de superarlo con éxito.
En función de lo que detecte el ginecólogo durante la exploración y los antecedentes de la paciente, podrá solicitar pruebas complementarias como una densitometría ósea, cultivos del virus del papiloma humano (VPH), una mamografía o una ecografía de la mama.
En algunos casos, si la citología informa de que hay presencia de lesiones cancerosas que puedan derivar en un cáncer de útero, el ginecólogo puede decidir realizar una colposcopia, que consiste en realizar unas biopsias del cuello del útero para su análisis.
La mamografía, clave en la detección temprana del cáncer de mama
El cáncer de mama es el que tiene mayor incidencia entre las mujeres, sin embargo, es también el de mayor supervivencia, sobre todo gracias a su detección precoz a través de la autoexploración mamaria y la realización de las mamografías, y en su caso, las ecografías mamarias.
Se estima que la detección precoz del cáncer de mama reduce el riesgo muerte por esta enfermedad en aproximadamente un 35%.
La mamografía es la prueba adecuada para el cribado del cáncer de mama, ya que permite detectar el cáncer en su fase inicial, incluso de manera previa a los síntomas que adviertan de su presencia. A partir de los 40 años, los especialistas aconsejan realizarse una mamografía cada año, y a partir de los 55 años, aproximadamente, hacerla cada dos años. Aunque en los supuestos de tener antecedentes, los tiempos varían
En cuanto a las ecografías mamarias, prueba complementaria a las mamografías, estas van a permitir obtener más datos ante alteraciones de la mama cuyos síntomas suelen ser la inflamación, la presencia de un bulto, dolor, secreciones, etc.
En cualquier caso, es conveniente que cada mujer incorpore en su rutina la autoexploración mamaria y observar posibles cambios de textura, consistencia, forma, detección de algún bulto o anomalía y, si fuera así, consultar con los especialistas.
Respecto al tratamiento del cáncer de mama, dependerá de la fase en la que se haya diagnosticado. En el 90% de los casos, si se detecta a tiempo, son curables. Pero cuando corresponda se intentará realizar una mastectomía –parcial o total–, un tratamiento que, dependiendo de la paciente, se complementará con radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia.
Cánceres ginecológicos
Al igual que es importante acudir a un especialista en el supuesto de detectar anomalías en los senos, es importante reconocer los síntomas que podrían estar alertándonos de la presencia de un cáncer ginecológico.
Los más frecuentes son el sangrado o la secreción vaginal anormal, dolor en la pelvis, dolor en la parte baja de la espalda, cuando haya una necesidad de orinar con mayor frecuencia, hinchazón, modificación del color de la vulva, el estreñimiento e incluso un cansancio que carezca de justificación.
La quimioterapia, radioterapia o cirugía para extirpar el tejido canceroso son las opciones de tratamiento que existen para tratar los cánceres ginecológicos, alternativas que determinará el especialista para ofrecer a la paciente el tratamiento más adecuado para cada supuesto.
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