La cirugía de la obesidad, también llamada cirugía bariátrica, es un conjunto de técnicas quirúrgicas destinadas al tratamiento de la obesidad mórbida, es decir, la que supera un IMC de 35. Normalmente, las personas que se deciden por este tipo de cirugía han intentado previamente, sin éxito, los tratamientos basados en dietas nutricionales.
En esta intervención se reduce el tamaño del estómago, disminuyendo así la cantidad de alimentos que se pueden ingerir y reduciendo así el apetito de los pacientes que se someten a la cirugía. Sin embargo, este procedimiento debe complementarse siempre con una modificación de los hábitos de vida y eso es algo para lo que no todo el mundo está preparado.
¿Qué tipos de cirugías bariátricas hay?
- Bypass gástrico: es el procedimiento más utilizado y consiste en una división del estómago para reducirlo y conectarlo a un tramo más adelantado del intestino delgado. Con esta técnica se reduce la cantidad de comida necesaria para saciarse y provoca una respuesta hormonal que reduce el apetito.
- Gastroplastia tubular: con esta técnica, se pliega el estómago hacia dentro, reduciendo así su capacidad.
En España se operan anualmente de cirugía de reducción de estómago unas 6.000 personas. Esta operación ayuda a perder entre 4 y 9 kg/mes durante el primer año y, además, se pierde la mitad de peso extra a lo largo de los dos primeros años. Después la reducción es mucho más lenta.
¿Cuáles son los beneficios de esta cirugía?
Los beneficios de la reducción de peso son numerosos, además de permitir una mayor movilidad al paciente, permite mejorar el control de hipertensión arterial, colesterol, reflujo gastroesofágico, apnea del sueño, diabetes y asma.
La mejora de la salud del paciente también repercute en los niveles de testosterona en el hombre y en la fertilidad en las mujeres.
La obesidad mórbida está asociada a una serie de limitaciones físicas que se asocian con problemas sociales, familiares y psicológicos. Por eso, al someterse a un tratamiento de cirugía de la obesidad, los pacientes mejoran su autoestima, actividad física y relaciones sexuales y sociales.
Además, este tratamiento influye en el tratamiento de patologías como el colesterol, la hipertensión o la diabetes y puede llegar a disminuir sus efectos e incluso a suspenderlos en su totalidad.
Posibles riesgos de la cirugía
La reducción de estómago es una cirugía y, como tal, presenta los riesgos propios de una cirugía general. Además, podemos referir una serie de riesgos específicos:
- Filtración en la división del estómago.
- Lesiones en el estómago, los intestinos u otros órganos.
- Gastritis, acidez o úlcera en el estómago.
- Cicatrización en el abdomen bloqueando los intestinos.
- Hemorragia, infección, trombosis o embolia.
- Pérdida de masa ósea por menor absorción de nutrientes.
- Vómitos por comer cantidades que no tolera el nuevo tamaño del estómago.
- Bajos niveles de glucosa en la sangre.
¿Puedo ser candidato a una cirugía de la obesidad?
Ya hemos visto los beneficios que tiene esta técnica, pero, como hemos dicho, no es una cirugía para todo el mundo. Por eso hemos preparado 5 claves para que descubras si eres apto o no para hacerte este tipo de cirugía:
- No has conseguido bajar peso con dieta y ejercicio. Este tratamiento suele ser la última solución. Normalmente los pacientes que deciden someterse a una cirugía de la obesidad tratan primero de bajar peso con tratamientos no quirúrgicos basados en cambios nutricionales y ejercicio.
- Estás dispuesto a cambiar tus hábitos. De nada sirve someterse a este tratamiento si no tienes el compromiso de cambiar tu alimentación y practicar ejercicio. Por eso, en la consulta, tu médico evaluará tus motivaciones y tu voluntad.
- No abusas de otras sustancias. Si no abusas de sustancias como el alcohol o el tabaco y no consumes drogas puedes ser candidato para esta intervención.
- Tienes alguna patología de riesgo. Esta cirugía no es recomendable para pacientes con problemas hepáticos o cardíacos, coágulos sanguíneos o deficiencias renales y nutricionales. Por eso, antes de saber si eres apto o no para la cirugía, se realizan una serie de análisis y pruebas diagnósticas previas.
- Tienes buena salud mental. Algunos trastornos mentales pueden contribuir a que te resulte más difícil mantener unos buenos hábitos de salud. Por eso es importante antes de someterse a este tipo de intervención contar con la seguridad de que vas a mantener las recomendaciones del especialista.
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