El próximo domingo, 27 de mayo, se celebra el Día Nacional del Celiaco, una jornada en la que se pretende dar mayor visibilidad al colectivo celiaco y la defensa de sus intereses.
La enfermedad celíaca, (EC), es una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada, centeno y probablemente a la avena, que se presenta en individuos genéticamente predispuestos, caracterizada por una reacción inflamatoria, de base inmune, en la mucosa del intestino delgado que dificulta la absorción de macro y micronutrientes. Un porcentaje importante de pacientes (75%) está sin diagnosticar debido, en su mayor parte, a que la EC durante años se ha relacionado, exclusivamente, con su forma clásica de presentación clínica.
La prevalencia de la enfermedad celiaca ha registrado un aumento considerable en las últimas tres décadas al igual que otras enfermedades inmunológicas como determinadas alergias. Una de las teorías que podrían explicar el aumento de estas enfermedades podría ser el exceso de higiene que existe en la actualidad, algo que debilita en parte a nuestro sistema inmunológico (aunque haya unos factores genéticos que nos predispongan a padecer la enfermedad, también entran en juego determinados factores ambientales que pueden influir en el hecho de desarrollarla o no). En estos factores de ambiente, podríamos encontrar por ejemplo el aumento de partos por cesárea en lugar de partos vaginales (la flora intestinal del bebé será bien distinta en un caso u otro), la posibilidad de ser alimentados con leche no materna desde el nacimiento (lo cual favorece un tipo de flora intestinal que predispone a la EC en el bebé) o el hecho de que el bebé nazca en los meses de verano y tenga mayores niveles de vitamina D, y por lo tanto, un sistema inmunitario más fuerte que los que nacen en invierno.
Los síntomas más frecuentes de la enfermedad celiaca son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso del crecimiento, alteraciones del carácter (irritabilidad, apatía, introversión, tristeza), dolores abdominales, meteorismo, anemia por déficit de hierro resistentes a tratamiento. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico.
Diagnóstico de la enfermedad celiaca
Mediante un examen clínico cuidadoso y una analítica de sangre, que incluya los marcadores serológicos de enfermedad celiaca (anticuerpos antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular) se establece el diagnóstico de sospecha de la enfermedad.
El conocimiento reciente de diferentes formas clínicas de enfermedad celiaca (clásica, atípica, silente, latente, potencial, etc.), ha venido a demostrar que no siempre se puede establecer un diagnóstico clínico o funcional de la enfermedad. Por ello, para el diagnóstico de certeza de la enfermedad celiaca es imprescindible realizar una biopsia intestinal. Dicha biopsia consiste en la extracción, mediante un endoscopio, de una muestra de tejido del intestino delgado superior para ver si está o no dañado. Para realizar esta prueba es necesario que no se haya retirado el gluten de la dieta. En los niños bastaría con elevaciones claras de los anticuerpos, y tests genéticos compatibles, sin precisar realizar la biopsia intestinal.
En esta enfermedad el diagnóstico precoz es muy importante porque si no se trata puede evolucionar relacionándose con patologías como el cáncer del intestino delgado u otras enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide osteoporosis o problemas cutáneos.
El tratamiento de la enfermedad celiaca consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva una normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria. El celiaco debe basar su dieta en alimentos naturales: legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten: arroz y maíz entre otros. Deben evitarse, en la medida de lo posible, los alimentos elaborados o envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten. La ingestión de pequeñas cantidades de gluten, de una manera continuada, puede causar trastornos importantes y no deseables.
Si sospechas que puedes padecer esta enfermedad, el Dr. Manuel Hernández Guerra, medico digestivo, gastroenterólogo y hepatólogo podrá estudiar tu caso en particular y asesorarte en las pruebas que sean necesarias para confirmar o descartar la celiaquía. Si quieres más información, haz clic aquí.